La conformación de la identidad individual y social de un individuo es el resultado de experiencias de aprendizaje, obtenidas de su interacción en grupos e instituciones sociales. Teniendo como base lo adquirido en su ambiente familiar ya fuese por imitación de conductas observadas o bien por la inculcación deliberada de valores, costumbres y normas que le proveen, el individuo asume ciertas funciones de acuerdo al rol que desempeña dentro de su círculo familiar.
Su incursión a distintos grupos ya sean deportivos o artísticos o simplemente recreativos, le proporciona rasgos específicos que le permiten interactuar con otros individuos, definir sus intereses y expectativas; en esta apropiación influye la mediación cultural, que origina la internalización de aspectos culturales, sociales, políticos y económicos que el individuo asume como propios y los hace evidentes en su desenvolvimiento conductual. “La escuela y la familia suscriben un pacto en el que la primera se compromete de manera firme a entregarle a la sociedad un individuo competente y profesionalmente capaz, un sujeto que sea respetuoso de los valores y tradiciones de la comunidad a la que pertenece, un individuo autónomo, responsable y con capacidad de modificar lo existente o de legitimar el orden establecido con base en criterios ético, morales y políticos claros” Echavarría, C. (2003)
La escuela por ser una institución estructurada con planes y programas educativos orientados a lograr la integración del sujeto al ámbito social- laboral, direcciona sus metodologías pedagógicas al desarrollo en el individuo de sus capacidades cognitivas, adquisición de conocimientos y competencias específicas demandadas por la sociedad en el contexto laboral y en consecuencia económico, y cuya finalidad es mantener el equilibrio colectivo.
Hablando de educación como un proceso de apropiación de conocimientos, la escuela es vista como un espacio delimitado y pensado para lograr un ambiente propicio de interacción donde no solo se logran obtener aprendizajes formales, sino también, el intercambio subjetivo de significados.
La importancia de establecer una estructura sistematizada en la educación escolarizada, basada en el logro de ciertas competencias con planes educativos y metodologías pedagógicas, radica desde una perspectiva organizacional, en garantizar que todos los individuos que cursen un determinado nivel educativo tengan a su alcance las mismas oportunidades para desarrollar, adquirir e interiorizar tanto conocimientos, patrones de conducta, valores y habilidades que le permitan integrarse a la sociedad, reconocerse como parte de ella al compartir aspectos culturales e ideológicos y a su vez tener conciencia de su individualidad.
Referencia.
Echavarría G. Carlos Valerio. “La escuela un escenario de formación y socialización para la construcción de identidad moral”. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, vol.1, num.2, julio-diciembre, 2003. Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud. Colombia
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